empoderamiento femenino

Empoderamiento femenino y su importancia para la construcción de la sociedad

El empoderamiento femenino ha emergido como un tema central en las agendas sociales, políticas y económicas de nuestro tiempo. Desde la lucha por el sufragio hasta los movimientos contemporáneos por la igualdad de género; el rol de las mujeres en la sociedad ha sido objeto de debate y reivindicación. En este artículo se explorará y reflexionará sobre la importancia del empoderamiento femenino, destacando sus implicaciones a nivel individual y colectivo. Desde el acceso a la educación hasta la participación en la toma de decisiones, el empoderamiento de las mujeres es fundamental para construir un mundo más justo, equitativo y próspero.

En la historia de la humanidad se ha normalizado que las mujeres sean tratadas como inferiores. Sin ahondar mucho en los ejemplos puntuales, se puede observar el rol disminuido que han tenido que soportar en varias culturas y religiones, no han contado con espacios de representación, tampoco con voz propia en espacios tan íntimos como el familiar.

Mayans (2020), sostiene que las crónicas relatan de mujeres que lideraron ejércitos como Artemisa de Caria, Rodoguna de Partia, Boudica, Fu Hao, Zhao de Pingyang, Juana de Arco, otras sobresalieron en las letras y medicina como Hildegarda de Bingen, Cristina de Pizán, Trotula de Ruggiero, Lubna de Córdoba en tiempos complicado para las mujeres por los prejuicios y misoginia de la época, y aquellas que sus investigaciones contribuyeron a las ciencias como  Carolines Herschel, Ada Lovelace, Marie Curie, Lise Meitner, Rosalind Franklin, Margarita Salas, Elizabeth Blackburn  y  las que trascendieron en la física, química, arte, etc., testimoniando que la estigmatización de catalogarlas de inferiores fue la mezquindad de no reconocer las capacidades, habilidades, sagacidad, talento e inteligencia que tienen las mujeres. (National Geographic 2023).

Los tiempos han cambiado y estos cambios generan nuevos escenarios en donde las mujeres van incursionando, demostrando capacidad e idoneidad aun cuando las cosas no son homogéneas por el machismo arraigado. El surgimiento del liderazgo femenino va mucho más allá de tener algún logro profesional o algún título o cargo, busca el empoderamiento de la mujer. En este sentido, para Batliwala (1997, p.4) “el concepto de empoderamiento de las mujeres surge como resultado de muchas críticas y debates importantes generados por el movimiento de mujeres en todo el mundo y, particularmente, por las feministas del Tercer Mundo”.

¿Por qué pensar o reflexionar sobre el empoderamiento femenino es importante?

Pensar en empoderamiento obliga a revisar la definición del término “empoderar”. Según la RAE, “empoderar” refiere a que se habla de “conceder poder [a un colectivo desfavorecido socioeconómicamente] para que, mediante su autogestión, mejore sus condiciones de vida”. Es decir, se parte de una iniciativa que sea capaz de autogestionarse para conseguir espacios en donde se pueda lograr equilibrar la “balanza social”.

Dado este pequeño acercamiento, es importante, entonces, considerar al “empoderamiento femenino” como al conjunto de acciones que se desarrollan por diferentes colectivos, especialmente por parte de las mismas mujeres organizadas, que les permita desarrollarse plenamente en diferentes ámbitos de la vida; como, por ejemplo, el espacio social, económico, profesional, personal, familiar, etc.

Es decir, el “poder femenino” como tal no ha existido plenamente y ha pasado por varias etapas en la historia de la humanidad, siendo la edad moderna (desde 1789, año de la Revolución Francesa, hasta la actualidad) en donde se visibilizado con mayor nitidez. En este sentido, Pérez (2011) apunta que, en el devenir de la historia, en diversas concepciones religiosas como variadas culturas, el rol de la mujer siempre ha sido puesto en un plano inferior, aunque, también en la historia, se encuentran mujeres sobresalientes que resaltaron y resaltan en varios ámbitos de la humanidad.  

Por su parte, el autor Pineda (2004, p.4) propone que las mujeres se encuentran en una situación de disparidad frente a los hombres porque no han recibido las mismas oportunidades, por lo que es necesario generar espacios para que ellas puedan acceder a un pleno desarrollo en sociedad. No obstante, las mujeres han aprendido a ser resilientes frente a la diferencia de oportunidades para conquistar cada vez más espacios en la esfera social.

Es claro que las personas tienen, independientemente de su origen y orientación, tienen diversos talentos, habilidades y capacidades, pero no todos tienen las mismas oportunidades para desarrollarlas, especialmente las mujeres; sin embargo, ellas casi siempre han sabido aprovechar cualquier escenario para demostrar sus capacidades.  Así, Singer et ál., (2002) sostienen que empoderar a las mujeres les ayuda a impulsar su participación social activa, les permite experimentar un desarrollo eficaz, madurez emocional, persistencia, empatía, coraje y confianza en sí misma.

Entonces, como lo señala Batliwala (1997, p.4) “el concepto de empoderamiento de las mujeres surge como resultado de muchas críticas y debates importantes generados por el movimiento de mujeres en todo el mundo y, particularmente, por las feministas del Tercer Mundo”.. Es por ello que reflexionar acerca del fortalecimiento del rol de las mujeres es importante, porque busca otorgarles espacios que sean significativos y que contribuyan a su libertad a todo nivel. Es importante que más mujeres sean parte activa del “proceso de empoderamiento” con el fin de orientar, de modo efectivo y eficiente, sus esfuerzos para que puedan conseguir la mejor forma de desarrollarse en varios ámbitos sociales.

Es inevitable la implementación de políticas que promuevan la igualdad de género en la vida cotidiana y respeten las diferencias de las mujeres en diferentes situaciones y procesos de empoderamiento, y lo mismo con la diversidad y la diversidad en la sociedad.

Entonces, se puede decir que el empoderamiento femenino se define como el proceso mediante el cual las mujeres adquieren control sobre su propia vida y alcanzan un estado de autonomía y autodeterminación. Este proceso abarca diversos aspectos, incluyendo el acceso a la educación, la participación en la fuerza laboral, el ejercicio de derechos políticos y la toma de decisiones en el ámbito familiar y comunitario. En su esencia, el empoderamiento femenino se trata de eliminar las barreras estructurales y culturales que limitan el potencial de las mujeres y perpetúan la desigualdad de género.

En este sentido, es importante considerar que el “empoderamiento femenino” es multidimensional; por ello, considero que las dimensiones a reflexionar son las siguientes:

  • Autonomía personal: Se refiere a la capacidad de las mujeres para tomar decisiones sobre sus propias vidas, tanto en términos individuales como colectivos. Esto incluye decisiones relacionadas con la educación, la carrera profesional, la salud reproductiva y las relaciones interpersonales.
  • Autonomía económica: Implica que las mujeres tengan acceso a recursos económicos y la capacidad de ganar un sustento propio. Esto no solo implica tener un empleo remunerado, sino también tener la libertad de tomar decisiones económicas y financieras sin depender de terceros.
  • Participación social y política: Se refiere a la capacidad de las mujeres para participar activamente en la vida social y política de sus comunidades y países. Esto incluye la participación en organizaciones comunitarias, movimientos sociales, partidos políticos y cargos públicos.
  • Acceso a la educación y la información: El acceso a la educación y la información es fundamental para el empoderamiento femenino, ya que brinda a las mujeres las habilidades y el conocimiento necesarios para tomar decisiones informadas sobre sus vidas y participar plenamente en la sociedad.
  • Control sobre el propio cuerpo y la propia sexualidad: El empoderamiento femenino también implica que las mujeres tengan el derecho y la capacidad de tomar decisiones autónomas sobre su cuerpo y su sexualidad, incluyendo la salud reproductiva y el acceso a anticonceptivos.

Sin embargo, a pesar de los avances en las últimas décadas, las mujeres todavía enfrentan numerosas barreras que las limitan para alcanzar el empoderamiento en todas sus dimensiones. Algunas de estas barreras incluyen:

  • Normas y roles de género tradicionales: Las expectativas de género arraigadas en las sociedades pueden limitar las opciones y oportunidades de las mujeres, relegándolas a roles domésticos y restringiendo su acceso a la educación, el empleo y la participación política.
  • Violencia de género: La violencia contra las mujeres, ya sea física, sexual o psicológica, es una de las formas más graves de violación de los derechos humanos y una importante barrera para el empoderamiento femenino.
  • Brechas estructurales y sistémicas: Las desigualdades estructurales en las instituciones sociales, políticas y económicas pueden perpetuar la marginación y la exclusión de las mujeres, limitando su acceso a recursos y oportunidades.
  • Falta de acceso a recursos y servicios: Las mujeres en muchas partes del mundo enfrentan dificultades para acceder a recursos básicos como la educación, la salud, el agua potable y el saneamiento, lo que limita su capacidad para alcanzar el empoderamiento en todas sus dimensiones.

Por ello es importante que, para poder promover el empoderamiento femenino, es necesario contraponer diversas estrategias frente a las barreras estructurales y sistémicas planteadas:

  • Educación y sensibilización: Promover la educación y la sensibilización sobre los derechos de las mujeres y las desigualdades de género es fundamental para cambiar las actitudes y normas sociales que perpetúan la discriminación y la desigualdad.
  • Políticas y legislación: La implementación de políticas y legislación que promuevan la igualdad de género y protejan los derechos de las mujeres es esencial para garantizar un entorno propicio para el empoderamiento femenino.
  • Fortalecimiento económico: Promover el acceso de las mujeres a recursos económicos, incluyendo empleo digno, microcréditos y programas de capacitación laboral, es fundamental para garantizar su autonomía económica y empoderamiento.
  • Empoderamiento político: Promover la participación política de las mujeres y garantizar su representación en los procesos de toma de decisiones es esencial para construir sociedades más justas y equitativas.

Lograr empoderar a las mujeres es un fin para el cual es necesario abordar las barreras estructurales y sistémicas que limitan las opciones y oportunidades de las mujeres, y promover políticas y prácticas que fomenten la igualdad de género y el respeto por los derechos humanos. Solo entonces podremos construir un mundo donde todas las personas, independientemente de su género, tengan la oportunidad de alcanzar su máximo potencial.

Si bien hay avances significativos en la promoción del empoderamiento femenino, todavía persisten numerosos desafíos que obstaculizan el progreso hacia la igualdad de género. Ahora se propone explorar algunos de los desafíos más importantes que enfrentan las mujeres en su búsqueda de empoderamiento, así como las oportunidades emergentes que pueden impulsar el avance hacia la igualdad de género.

Violencia de género: La violencia contra las mujeres sigue siendo un problema generalizado en todo el mundo, afectando a mujeres de todas las edades, clases sociales y contextos culturales. La violencia doméstica, el acoso sexual, la trata de personas y otros tipos de violencia de género continúan siendo obstáculos significativos para el empoderamiento femenino.

Brecha salarial de género: A pesar de los esfuerzos por cerrar la brecha salarial entre hombres y mujeres, todavía persiste una desigualdad salarial significativa en muchos países y sectores. Las mujeres continúan ganando menos que los hombres por el mismo trabajo, lo que limita su autonomía económica y su capacidad para alcanzar el empoderamiento económico.

Desigualdad en la distribución del trabajo doméstico y de cuidados: A nivel mundial, las mujeres siguen asumiendo una carga desproporcionada de trabajo doméstico y de cuidado no remunerado, lo que limita su participación en la fuerza laboral remunerada y restringe su acceso a oportunidades de educación y desarrollo profesional.

Por otro lado, también es importante revisar las oportunidades que existen en el mundo contemporáneo para que el empoderamiento femenino pueda desarrollarse a plenitud:

Avances en la tecnología: La tecnología está desempeñando un papel cada vez más importante en la promoción del empoderamiento femenino, ofreciendo oportunidades de educación en línea, acceso a recursos financieros y capacitación laboral, así como plataformas para el activismo y la defensa de los derechos de las mujeres.

Alianzas y solidaridad entre mujeres: La creciente solidaridad y colaboración entre mujeres de diferentes países, culturas y contextos sociales está generando un impulso significativo en la lucha por la igualdad de género. Las alianzas entre mujeres ofrecen un espacio para el intercambio de conocimientos, el apoyo mutuo y la acción colectiva para el cambio social.

Reconocimiento del valor del trabajo de cuidados: Cada vez hay más reconocimiento del valor del trabajo de cuidados no remunerado realizado por las mujeres, así como de la necesidad de redistribuir equitativamente esta carga de trabajo entre hombres y mujeres. Este reconocimiento está llevando a la implementación de políticas y programas que apoyan a las mujeres en su papel de cuidadoras y promueven una mayor participación de los hombres en el trabajo de cuidados.

Siguiendo la línea de las oportunidades, desde los Estados también es importante que se tomen acciones para equilibrar la balanza de las oportunidades y contribuyan al empoderamiento femenino. En este sentido, se propone:

Implementación de políticas de igualdad de género: Es fundamental implementar políticas y programas que aborden directamente los desafíos que enfrentan las mujeres en su búsqueda de empoderamiento, incluyendo la violencia de género, la brecha salarial y la desigualdad en la distribución del trabajo doméstico y de cuidados.

Promoción de la educación y la formación: Invertir en la educación y la formación de las mujeres es una estrategia clave para promover su empoderamiento económico y social. Esto incluye no solo la educación formal, sino también la capacitación en habilidades laborales y el desarrollo de capacidades emprendedoras.

Fomento del liderazgo femenino: Promover el liderazgo femenino en todos los ámbitos de la sociedad, incluyendo la política, los negocios, la ciencia y la tecnología, es esencial para garantizar una representación equitativa y una toma de decisiones inclusiva.

Es claro que el empoderamiento femenino debe resolver una serie de desafíos significativos, incluyendo la violencia de género, la brecha salarial y la desigualdad en la distribución del trabajo doméstico y de cuidados. Sin embargo, también existen oportunidades emergentes, como los avances en la tecnología, la solidaridad entre mujeres y el reconocimiento del valor del trabajo de cuidados. Superar los desafíos y aprovechar estas oportunidades requerirá un esfuerzo concertado a nivel global, con políticas y programas que aborden directamente las barreras estructurales y sistémicas que limitan el empoderamiento de las mujeres y promuevan una sociedad más justa, equitativa y próspera para todas las personas, independientemente de su género.

Se debe tener presente que el empoderamiento femenino no solo beneficia a las mujeres individualmente, sino que también tiene un impacto positivo en la sociedad en su conjunto. Es decir, el empoderamiento de las mujeres contribuye al desarrollo social, económico y político, así como a la promoción de la igualdad de género y el bienestar general.

El empoderamiento femenino está estrechamente relacionado con el desarrollo socioeconómico de una sociedad:

Crecimiento económico: La participación plena y equitativa de las mujeres en la fuerza laboral contribuye al crecimiento económico al aumentar la productividad y la innovación, así como al expandir el mercado laboral y el consumo.

Reducción de la pobreza: Cuando las mujeres tienen acceso a empleos dignos y bien remunerados, son capaces de proporcionar un sustento para ellas mismas y sus familias, lo que contribuye a la reducción de la pobreza a nivel individual y comunitario.

Desarrollo humano: El empoderamiento de las mujeres está asociado con mejoras significativas en el desarrollo humano, incluyendo el acceso a la educación, la salud, la nutrición y otros servicios básicos, tanto para las mujeres mismas como para sus familias.

Asimismo, el empoderamiento político de las mujeres también tiene un impacto positivo en la sociedad:

Representación equitativa: La participación de las mujeres en la vida política y la toma de decisiones garantiza una representación más equitativa de los intereses y preocupaciones de la población en general, lo que fortalece la legitimidad y la eficacia de las instituciones democráticas.

Gobernanza inclusiva: Las mujeres aportan perspectivas únicas y experiencias diversas a la política, lo que puede conducir a la adopción de políticas más inclusivas y efectivas que aborden una variedad de problemas sociales y económicos.

Promoción de los derechos humanos: Las mujeres políticas suelen ser defensoras de los derechos humanos, la igualdad de género y la justicia social, lo que contribuye al fortalecimiento de los valores democráticos y la promoción de una sociedad más justa y equitativa.

No obstante, el empoderamiento femenino también impulsa el cambio cultural y social:

Transformación de normas de género: La participación activa de las mujeres en la vida pública desafía las normas de género tradicionales y promueve una mayor igualdad de género en todos los aspectos de la vida social, económica y política.

Promoción de la justicia social: El empoderamiento de las mujeres está intrínsecamente vinculado a la lucha por la justicia social y la eliminación de la discriminación y la opresión basadas en el género, lo que beneficia a toda la sociedad al promover la igualdad y la dignidad humana.

Fomento de la solidaridad y la cooperación: La solidaridad y la cooperación entre mujeres de diferentes contextos y experiencias fortalecen los movimientos feministas y de derechos humanos, promoviendo un cambio social positivo y sostenible.

El empoderamiento femenino tiene un impacto significativo en la sociedad en su conjunto, contribuyendo al desarrollo socioeconómico, la participación política y democrática, el cambio cultural y social, y la promoción de la igualdad de género y la justicia social. Al reconocer y apoyar el empoderamiento de las mujeres, se puede construir una sociedad más justa, equitativa y próspera para todas las personas, independientemente de su género.

Así, se debe comprender que el empoderamiento no se limita al acceso a recursos materiales, sino que también abarca aspectos como la autonomía personal, económica, social y política, así como el control sobre el propio cuerpo y la sexualidad. Reconocer y promover estas diversas dimensiones del empoderamiento femenino es fundamental para construir una sociedad más justa e igualitaria.

La educación proporciona a las mujeres las habilidades y el conocimiento necesarios para tomar decisiones informadas sobre sus vidas y participar plenamente en la sociedad. Sin embargo, todavía existen barreras que limitan el acceso de las mujeres a la educación, como las normas de género, la pobreza y la violencia. Es fundamental implementar estrategias que promuevan el acceso y la participación de las mujeres en la educación para garantizar su empoderamiento.

El acceso de las mujeres a empleos dignos y bien remunerados no solo contribuye a su autonomía económica, sino que también promueve el crecimiento económico, reduce la pobreza y fomenta el desarrollo humano. Sin embargo, todavía persisten barreras, como la brecha salarial de género y la segregación ocupacional, que limitan el empoderamiento económico de las mujeres. Es esencial implementar políticas y programas que aborden estas barreras y promuevan la igualdad de género en el ámbito económico.

La participación de las mujeres en la vida política y la toma de decisiones contribuye a una representación más equitativa, fortalece la legitimidad democrática y promueve la adopción de políticas más inclusivas y efectivas. Sin embargo, las mujeres aún enfrentan barreras, como la violencia de género y la falta de financiamiento, que limitan su participación política. Es crucial implementar estrategias que promuevan el empoderamiento político de las mujeres y garanticen su plena participación en la vida política y democrática.

Aunque persisten desafíos significativos, como la violencia de género y la brecha salarial, también existen oportunidades emergentes, como los avances en la tecnología y la solidaridad entre mujeres, que pueden impulsar el avance hacia la igualdad de género. Superar los desafíos y aprovechar estas oportunidades requerirá un esfuerzo concertado a nivel global, con políticas y programas que aborden directamente las barreras estructurales y sistémicas que limitan el empoderamiento de las mujeres.

El empoderamiento de las mujeres no solo beneficia a las mujeres individualmente, sino que también tiene un impacto positivo en el desarrollo socioeconómico, la participación política y democrática, el cambio cultural y social, y la promoción de la igualdad de género y la justicia social. Al reconocer y apoyar el empoderamiento de las mujeres, podemos construir una sociedad más justa, equitativa y próspera para todas las personas, independientemente de su género.

Por:

Dra. Tamara Tatiana Pando Ezcurra

Dr. César David Veliz Manrique

Dra. Doris Sánchez Pinedo


Referencias Bibliografia:

Mayans (2020) Mujeres Guerreras de la Historia. https://historia.nationalgeographic.com.es/a/mujeres-guerreras-historia_14822

Batliwala (1997) Poder y empoderamiento de las mujeres. https://ivcongreso.congresoed.org/wp-content/uploads/2014/10/D4_Batliwala_1997.pdf

Batliwala (1997) Poder y empoderamiento de las mujeres. https://ivcongreso.congresoed.org/wp-content/uploads/2014/10/D4_Batliwala_1997.pdf

Ferrer (2016) Mujeres silenciadas en la Edad Media. Edit. Punto de Vista

National Geographic (2023) Mujeres en la ciencia https://www.nationalgeographicla.com/ciencia/2023/02/mujeres-en-la-ciencia-8-cientificas-que-hicieron-historia

Pérez (2011) Pérez G. (2011). Historia del feminismo. Madrid: Los libros de la Catarata.

Pineda (2004) Entre el empoderamiento y la subordinación Los retos del enfoque de Género y Desarrollo en los programas de microempresas https://dhls.hegoa.ehu.eus/uploads/resources/4556/resource_files/entre_empoderamiento_y_subordinacion.pdf

Singer, A., King, L., Green, M. & Barr, S. (2002). Personal identity and civic responsibility: “rising to the occasion” narratives and generativity in community action student interns. Journal of Social Issues, 58(3), 535-556.

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Ronald Valdivia Lau - Defensor Universitario

Abogado Senior con especialidad en Derecho Civil, Derecho Corporativo y Derecho Administrativo Sancionador. Candidato a Maestro en Educación y en Derecho de los Negocios. Estudios de posgrado en Universidad ESAN y Universidad de Piura. Cuenta con más de 12 años de experiencia en el sector público y privado. Se ha desempeñado como Jefe de la Secretaría General de la Universidad Alas Peruanas, Funcionario y Consultor de Instituciones Públicas como el Ministerio de Educación, Dirección Regional de Educación de Lima Metropolitana, Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria – SUNEDU e Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual – INDECOPI. Asesor de diversas empresas en el sector comercial, importaciones y educación. Actualmente ocupa el cargo de Director Legal de la UPAL y, desde el 01 de setiembre del presente año, fue designado como Defensor Universitario.